Antes de someterme a la cirugía bariátrica, tenía hambre casi todo el tiempo. De hecho, la probabilidad de que la sensación de hambre se reduciría drásticamente fue una de las cosas que me motivó a elegir el procedimiento de manga gástrica.
Según múltiples artículos médicos que leí antes de ir a la primera evaluación, con la manga gástrica la sensación de hambre “básicamente se elimina” por un tiempo. Esto, debido a que la parte del estómago que se extrae en la cirugía es donde se produce la hormona grhelina, responsable de indicarle al cerebro que el cuerpo necesita comer.
Sin embargo, en mi caso, comencé a sentir hambre apenas tres días después de la operación. Mi cirugía fue lunes y ya jueves en la noche tenía hambre. Fue como si mi estómago “despertara” para volver a comportarse como lo hacía antes del procedimiento.
Confieso que esto me decepcionó bastante pues tenía la esperanza de deshacerme del hambre al menos por un periodo más largo, tal vez algunas semanas o meses. Lo bueno es que me lleno con tres onzas de líquido, que es lo que puedo consumir durante las primeras dos semanas post cirugía.
[Explicaré en detalle la dieta líquida en otra nota.]
Es importante destacar que, así como la intensidad del dolor varía en cada paciente, igual sucede con el hambre. He hablado con muchos otros pacientes operados recientemente y no hay consenso. Algunos dicen que no sienten hambre, mientras a otros les pasa igual que a mí, que antes de la segunda hora ya tienen hambre nuevamente. Esto aplica tanto a pacientes operados de “gastric bypass” como a los que se realizaron la manga gástrica.
Dentro de un mes volveré a ver a la cirujana que me operó y le preguntaré sobre el tema para ampliar esta nota.