Para el año 2012, el 66% de la población de Puerto Rico padecía sobrepeso y obesidad según un informe divulgado por el Departamento de Salud a base de estadísticas de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. De esa cantidad, el 28% se encontraba bajo el renglón de obesidad.
Es decir, prácticamente tres de cada 10 personas en la isla son obesas mientras siete de cada 10 tienen sobrepeso. En Estados Unidos, la prevalencia de obesidad es de 20% o más en todos los estados de la nación.
El Índice de Masa Corporal (BMI, en inglés) es el indicador que se utiliza para determinar si una persona sufre de sobrepeso u obesidad ya que es un número que se calcula a base del peso y la estatura de cada individuo. Por ejemplo, yo mido 5’8 y cuando acudí a mi primera evaluación para cirugía bariátrica pesaba 244 libras. Mi BMI en ese momento era de 37.1 y caía en la categoría de obesidad que incluye a personas con un BMI de 30 o más. Un BMI adecuado para mi estatura sería de entre 18.5 y 24.9, según los CDC.
Esto puede parecer pura matemática pero el BMI es un indicador de cuánta grasa tienes en tu cuerpo y cuáles son los riesgos a la salud vinculados con la obesidad tales como diabetes, infartos, condiciones cardiovasculares, hipertensión, algunos tipos de cáncer y más.
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Cirugía bariátrica es la última herramienta
Antes de considerar la cirugía bariátrica como una opción para ayudarte a perder peso, es importante separar un tiempo para reflexionar. La cirugía no es el “camino fácil”, como se dice por ahí erróneamente; y tampoco es una cura mágica para la obesidad.
La cirugía bariátrica es más bien una herramienta de trabajo a la que se debe recurrir solo cuando todos los demás esfuerzos para perder peso han fracasado. Te digo esto porque la cirugía implica un cambio de vida drástico y permanente, además de que conlleva ciertos riesgos, como la muerte, aunque es menos del 1%.
Te explico.
Desde el año 2008, todos los planes médicos en Puerto Rico cubren el costo de la cirugía bariátrica gracias a la aprobación de la Ley número 212. Ese estatuto establece que un paciente que tiene un BMI igual o mayor a 35 cualificará para la operación y el procedimiento deberá ser cubierto por el plan en su totalidad.
[Hay varias cirugías bariátricas disponibles, entre ellas, la más conocida que es el «gastric bypass»; la que me realizaron a mi que se llama «gastric sleeve», la banda gástrica ajustable, y otros. Escribiré más sobre los procedimientos en otra nota.]
No obstante, la autorización para la cirugía requiere del cumplimiento con un protocolo que varía de acuerdo a la aseguradora y al cirujano. Además, para obtener esa autorización, el paciente debe acudir a una cita de evaluación con un cirujano bariatra que recomiende la cirugía e indique cuál es el proceso a seguir antes de realizar la operación.
En esa primera cita, el paciente debe explicar qué métodos ha realizado para perder peso, por cuánto tiempo y por qué fracasaron. También deberá indicar si sufre de alguna condición relacionada con la obesidad.
En mi caso, cuando acudí a la primera cita, la doctora sometió su recomendación a Triple S privado, que era el plan que tenía en aquel momento. En ese entonces, pude documentar 10 años de intentos para rebajar con distintos programas y además le indiqué a la doctora que padecía dolores en rodillas y espalda a causa de la obesidad. También tenía menstruación irregular.
Tres semanas más tarde, el plan autorizó la cirugía. No obstante, tuve que seguir el protocolo de la cirujana previo a la operación que explico aquí. En medio de ese proceso, descubrí también que padecía de hígado graso y apnea obstructiva del sueño (OSA, en inglés). Ambas condiciones están directamente relacionadas con la obesidad.
Triple S autorizó la cirugía solo con la recomendación de la cirujana bariatra y, a raíz de esa autorización, los demás estudios requeridos estuvieron cubiertos y yo solo pagué los deducibles.
La aseguradora MCS Life -que fue la que al final cubrió mi cirugía debido a un cambio de plan médico en la empresa para la que trabajo- funciona distinto. MCS requiere a sus pacientes lo siguiente antes de emitir una autorización:
- Evaluación y carta de cirujano bariatra
- Evaluación de psicólogo
- Evaluación de internista
- Evidencia de tratamiento con nutricionista durante seis meses
Ya que tenía todos estos documentos a la mano cuando hubo el cambio de plan médico, en 24 horas MCS autorizó mi cirugía.
Por lo que he conversado con otros pacientes, hay muchos planes que trabajan igual que MCS, o sea que le requieren al asegurado que entregue todos los documentos y evaluaciones para entonces ellos autorizar la operación.
Lo importante es ser persistente y estar decidido a completar el proceso. Lo menos que toma cumplir con todos los requisitos de la Dra. Santos y los planes médicos son cinco o seis meses. Hay personas que tardan un año o más antes de llegar a su día de cirugía.
¡Lo importante es llegar!
Aquí la información de la Dra. Santos, por si interesas llamar para una cita: