Como parte del protocolo previo a una cirugía bariátrica, la cirujana ordena que el paciente se realice un estudio del sueño para detectar si tiene lo que se conoce como “apnea obstructiva del sueño” (OSA, en inglés). Si el resultado es positivo, la doctora entrega una orden médica para adquirir una máquina de oxígeno que estará calibrada de acuerdo a la necesidad del paciente.
En mi caso, el resultado arrojó que tengo OSA muy leve. Sin embargo, a la cirujana le gusta “cubrir todas las bases”, por lo que ordenó adquirir una máquina CPAP para utilizarla durante las seis semanas antes de la operación.
El plan médico autorizó la entrega de la máquina así es que, luego de pagar un deducible de casi $200, obtuve mi CPAP. También hay otro tipo de máquina llamada BPAP que, por lo que he visto, se la ordenan a pacientes con una OSA más severa. No sé cuál es la diferencia entre ambas máquinas.
Las primeras dos semanas se me hizo difícil dormir con la mascarilla. De hecho, casi todos los días despertaba a eso de las 4:00 a.m. y encontraba la mascarilla sobre la cama. ¡No sé cómo lograba quitármela dormida!
Eventualmente me acostumbré y ahora sí puedo dormir toda la noche con la mascarilla bien puesta. Me ayuda el hecho de que duermo boca arriba, así es que no tengo problemas con la manga que conecta la mascarilla a la máquina. Sí tuve que hacer ajustes en la temperatura de mi cuarto debido a que, si tenía el aire acondicionado muy frío, el aire dentro de la manga se condensaba y me caían gotas de agua sobre la nariz. ¡Sentía que me ahogaba!
El consejo que me dio el terapista respiratorio fue uno de dos: o subir la temperatura del aire acondicionado o colocar la manga bajo las sábanas para evitar la condensación. Ambas opciones funcionan.
Se supone que los pacientes que padecen OSA sientan una diferencia sustancial al utilizar la máquina de oxígeno durante la noche ya que les permite tener un descanso profundo. Muchos pacientes aseguran sentirse más descansados, alertas y felices debido a que la máquina sostiene una oxigenación sin interrupciones.
Para mí, utilizar la CPAP no ha representado ninguna diferencia notable. Según la neumóloga que me evaluó, esto se debe a que solo tengo un episodio de OSA (interrupción en el flujo de oxígeno) en toda la noche. A juicio suyo, no necesitaba la máquina pues, con bajar unas libras, la condición desaparecería por completo.
Oh well… ¡Yo solo seguí instrucciones!
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