Después de superar las primeras dos semanas post cirugía bariátrica -durante las cuales estuve restringida a una dieta líquida- entrar en la “etapa 2” fue una maravilla.
La “etapa 2” se lleva durante dos semanas e incluye cereales (avena, farina, maicena, y crema de maíz), carnes blancas sin piel, viandas (excepto guineo/plátano verde y yuca), y frutas que no sean cítricas.
¿Cuál es la clave? Ingerir todos estos alimentos en forma de puré, o sea, como si fueran “baby food”.
Aquí también se mantiene la ingesta de proteína predigerida pero en una cantidad menor: 4 onzas si utilizas proteína de 18 gramos o 5 onzas si consumes la de 15 gramos. Además de la proteína, también permanece la multivitamina y otros suplementos tales como biotin, colágeno y vitamina D en forma de «gummies», ya que durante el primer mes post cirugía no se permite consumir pastillas.
Para condimentar los alimentos hay que evitar los productos irritantes y utilizar solo azúcar artificial. En esta etapa siguen estando prohibidas las carnes rojas, los jugos o frutas cítricas, el café, té y bebidas preparadas con huevo, las bebidas alcohólicas, jaleas, el chocolate, la pimienta, cebolla, y el ajo.
En mi caso, debía comenzar esta etapa un miércoles pero, si mal no recuerdo, la inicié domingo porque ya me sentía desesperada e insatisfecha con la dieta líquida de la «etapa 1». Lo primero que comí fue harina de maíz con leche baja en grasa y Splenda. Esas tres onzas de crema fueron divinas y me cayeron muy bien. Mi estómago ya estaba listo para evolucionar la dieta.
Como decidí adelantar mi entrada a la “etapa 2”, ese primer día solo consumí harina de maíz en el desayuno y luego continué tomando batidas de proteína (Premier) en las meriendas y próximas comidas del día. Quería ser cuidadosa y darle tiempo a mi cuerpo para reaccionar.
Afortunadamente, no tuve inconvenientes y para el próximo día mi mamá me preparó el primer puré. Ella echó pollo sin piel, espárragos, zanahorias, pimientos verdes, papas, calabaza, ajíes dulces, recao y sal “light” en una olla con agua. Hirvió todo junto hasta que el pollo estaba listo. Luego, fue colocando las piezas en una licuadora y utilizaba el agua donde hirvió los alimentos para suavizar la mezcla. De ahí surgió un puré exquisito que me rindió para toda la semana.
Mi itinerario de comidas/meriendas era algo similar a esto:
9:00 a.m. – Desayuno
3 onzas de avena, harina de maíz, maicena o farina con leche baja en grasa y sustituto de azúcar (Splenda o Stevia)
10:00 a.m. – 1 onza de proteína predigerida
Cada paciente elige cómo tomar la proteína. Lo importante es que en esta etapa se consuman 4 onzas al día, si la marca escogida tiene 18 gramos de proteína por onza; o 5 onzas al día si tiene 15 gramos. La proteína predigerida es lo más importante para los pacientes bariátricos ya que provee los nutrientes que no consumimos en los alimentos. Al ser predigerida, el sistema digestivo puede absorberla completamente. La nutricionista insiste en el valor de la proteína para evitar la caída del cabello, de las uñas, el envejecimiento prematuro y otras deficiencias. La proteína también es esencial en el proceso de cicatrización y sanación.
Hay muchas marcas de proteína predigerida para escoger. En mi caso, utilizo la Proteinex de Cherry o de Uva que adquiero a través de Amazon. También probé la ProSource de Berry Punch y, aunque el sabor me gustó más, utilizo la Proteinex porque tiene más proteínas por gramo.
A muchos pacientes les desagrada la proteína por su consistencia, que es espesa como la miel, y por su sabor, que algunas pueden ser muy dulces o demasiado agrias. A mí no me encanta, pero consumo mis onzas al día porque sé lo importante que es para el proceso de sanación y recuperación.
11:00 a.m. – Merienda
3 onzas de batida de proteína marca Premier (puedes utilizar cualquier otra como Ensure, Glucerna, Boost, etc.)
12:00 p.m. – 1 onza de proteína predigerida
Durante este periodo, además de tomar la proteína, aprovecho para ingerir agua. Se recomienda consumir agua media hora antes y media hora después de las comidas.
1:00 p.m. – Almuerzo #1
3 onzas de puré de viandas con pollo y vegetales
3:00 p.m. – Almuerzo #2
3 onzas de puré de viandas con pollo y vegetales
4:00 p.m. – 1 onza de proteína predigerida
5:00 p.m. – Merienda
3 onzas de batida de proteína
6:00 p.m. – 1 onza de proteína predigerida
7:00 p.m. – Cena
3 onzas de puré de viandas con pollo y vegetales
9:00 p.m. – Merienda
3 onzas de batida de proteína
11:00 p.m. – Merienda
3 onzas de batida de proteína
*Confieso que cuando la ansiedad o el deseo de masticar me atacaba muy fuerte, optaba por comer un palito de queso mozzarella bajo en grasa o un vasito de gelatina «sugar-free». Ambas resultaron ser excelentes opciones que me calmaban la ansiedad y el hambre.
[Esta dieta es recomendada para pacientes operados de manga gástrica o “bypass” bajo el programa de la Dra. Ana Santos en el Hospital Menonita de Cayey. Los pacientes que se colocan la banda gástrica o que se operan con otros médicos, llevan protocolos nutricionales distintos.]